Veo la vida reducida a un Algoritmo y porque vivo en contra de esa idea es que creé Deeditt
No sé si lo hayas notado, pero la autenticidad se ha convertido en una reliquia, un concepto casi prehistórico. La vida moderna es un extenso teatro digital donde todos somos actores, directores y público simultáneamente, interpretando versiones fabricadas de nosotros mismos y en todo ese ruido hemos perdido la autenticidad.
Las redes sociales, LinkedIn, Instagram, Twitter - no son espacios de conexión, son mercados de identidades. Cada publicación es una marca personal, cada logro un producto, cada momento una mercancía lista para ser consumida. No vivimos experiencias, producimos contenido. No construimos relaciones, generamos engagement. Yo suelo llamarlas, plataformas que amplifican el ruido.
La educación, antes un camino de crecimiento personal, ahora es una carrera de obstáculos para acumular credenciales. Certificaciones express, cursos online, insignias digitales - todo reducido a un píxel que grita "soy competente" sin importar la profundidad real del conocimiento. El conocimiento se mide en badges, no en transformación, ni muchos menos experincia real.
El éxito se ha reducido a una ecuación simple: se mide por la ropa que llevamos, los lujos que tenemos, los likes que generamos e incluso el número de personas que nos siguen. Y no es que haya algo malo en eso, pero esa es solo la vida digital, muy lejana de una vida física donde lo cotidiano se reduce a sentarse frente al ordenador o a dar scroll para encontrar a quién comentarle o en busca de inspiración para el siguiente "post".
La tecnología, especialmente la AI, no viene a liberarnos (en cierta forma si, pero trae tambien problemas consigo misma), viene a perfeccionar este sistema de hipnosis colectiva. Pronto tendremos IAs generando perfiles, historias, credenciales tan convincentes que ni nosotros mismos distinguiremos lo real de lo fabricado. Eres un adulto en una edad en que sabrás distinguir lo real de lo ficticio, pero una persona más joven o un adulto mayor, tendrán dificultades, es un ciclo y a ti te tocará vivirlo.
Deeditt surge precisamente de esta visión del mundo. Es mi manera de sanar la cultura rota que veo diariamente. En el fondo, es un contracorriente contra todo aquello que millones de personas usan para "aparentar". Deeditt visto de una forma practica, es una idea retorcida de tener un internet más humano, más real y menos engagement. Más expresivo, más genuino y menos performativo.
Hemos normalizado la mentira. La mentira no como excepción, sino como estrategia de supervivencia. Mentimos en nuestros CVs, en nuestras redes, en nuestras conversaciones. Mentimos tan frecuentemente que la verdad se ha vuelto un dialecto casi incomprensible.
Y lo más perverso: educamos a las nuevas generaciones para que continúen este ciclo. Les enseñamos que el valor está en parecer, no en ser. Que el éxito se mide por visualizaciones, no por crecimiento interno. Que la vida es un portfolio permanente, no un viaje de autodescubrimiento.
Porque el verdadero legado no está en aprender más, levantar una empresa, ganar un nuevo cliente o generar más riqueza. El legado está en transmitir la idea real del valor del trabajo, sin necesidad de mentir para obtener un beneficio. Paradójicamente, incluso en esos ejemplos se puede dejar una huella auténtica cuando la intención es genuina.
Por eso construyo Deeditt. No como una plataforma más, sino como un acto de resistencia. Un espacio donde lo importante no es cómo te vendes, sino cómo te transformas. Donde cada historia, cada transición, cada momento imperfecto recupera su dignidad.
Deeditt no busca más engagement, busca verdad. No es una herramienta, es un manifiesto contra la erosión de nuestra autenticidad.
Porque al final, ¿de qué sirve conquistar el mundo si perdemos nuestra esencia en el camino?
Happy thinking! :)
Photo by Arctic Qu on Unsplash
Written with StackEdit.